sábado, 1 de junio de 2024

Un día cualquiera de Jheison Jhoany Ramos Castañeda

En un colorido acuario, en medio de un tranquilo barrio del municipio de Venecia, vivía una hermosa sirena llamada Marina. Nadaba felizmente en su espacioso hogar, ajena a su cautiverio. Revoloteaba y giraba en los 8 metros cuadrados que le proporcionaban todas las comodidades que un pez podría desear. La vida en el acuario era perfecta para Marina, llena de comida abundante, juguetes para entretenerse y un ambiente seguro que le permitía disfrutar de cada día al máximo.

Un día, mientras observaba a los científicos que la observaban detrás del Cristal, Marina notó una tensión creciente entre ellos. Una discusión acalorada reveló la verdad: ella era prisionera de un experimento científico. Todo su mundo ideal era una farsa, diseñada para mantenerla tranquila y feliz mientras los científicos estudiaban sus secretos.

Esta nueva revelación sacudió el mundo de Marina. Descubrió que tanto ella como el líquido que producía tenían la clave de la vida eterna. La curiosidad y el deseo de libertad se apoderaron de ella. Ideó un plan meticuloso para escapar de su cautiverio, utilizando su astucia y habilidades para superar cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino.

Con valentía, Marina puso su plan en acción. Nadó con determinación hacia la parte superior del acuario, buscando desesperadamente un camino hacia la libertad. Sin embargo, a medida que se acercaba a la superficie, su fuerza comenzó a debilitarse. El agua del acuario, que la había mantenido viva durante tanto tiempo, no era suficiente para sostenerla fuera de su hábitat natural.

Con cada vez menos fuerzas, Marina luchó por respirar mientras se alejaba de su hogar, apenas a unos pocos metros de distancia. Su sueño de libertad se desvaneció trágicamente cuando murió, incapaz de sobrevivir en un mundo tan diferente al que estaba acostumbrada.

Lo que Marina nunca llegaría a descubrir era que sus intentos por alcanzar la libertad sólo formaban parte de un meticuloso plan gestado por sus captores. Al consumir la carne de sirena, estos obtenían habilidades casi divinas que superan incluso a la vida eterna. Así, terminaba un día cualquiera para Marina, quien, sin saberlo, había sido la pieza clave en los oscuros designios de aquellos que la mantenían cautiva..

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