Sean todos bienvenidos. Hoy
contaremos con la presencia de nuestra participante 451, brevemente
recordaremos las reglas del show: Primero, cada participante deberá ponerse el
casco que muestra sus recuerdos y los proyecta al público. Segundo, nuestro
equipo técnico le hará una pregunta. Tercero, el concursante estará obligado a
recorrer quince metros sobre una cuerda floja. Cuarto, deben votar por cada
escena mostrada; si lo consideran una decisión aceptable, la cuerda no se
moverá, de lo contrario, lo hará. Por último, se mostrará una grabación del
testimonio del participante, en caso de que no sobreviva para contar su
historia. Recuerden, esto es, y el público eufórico respondió: - ¡Juzgado para
avanzar! Inestable por unos pocos minutos, estable para toda la vida.
Asustada con reflectores
apuntando a su rostro y con el número 451 en su espalda, la mujer da el primer
paso, se tambalea mientras maniobra con sus brazos, mira hacia el suelo que
cada vez pareciese más distante, pero sabe que un paso en falso le costará la
vida. En la pantalla gigante se veían imágenes rápidas del paisaje urbano, una
mujer muy joven embarazada de sonrisa agradable, un hombre en el suelo cubierto
de sangre y un niño en silla de ruedas; siendo esta última imagen, la que se
repetía más veces lentamente. Ella conocía el programa y sabía que el bucle de
imágenes distraería bastante a la audiencia, por eso apresuraba el paso, pero
fue a medio camino cuando escucho la voz fuerte y clara a la que le temía, que
con curiosidad pregunto: - ¿Tienes algún remordimiento? Fue cuando ella se
detuvo. De repente, en la pantalla aparecieron sus manos con un cuchillo
clavándose una y otra vez sobre el pecho de aquel hombre que se mostraba en la
imagen, la cuerda empezaba a moverse, junto al hombre yacía aquella mujer de sonrisa
agradable con un bebé en brazos, quien tenía sus pequeñas piernas totalmente
torcidas, la cuerda se movía más y más, se veían sus manos aún con el cuchillo
que se acercaban lentamente al bebé, entonces ella intentó dar un paso más,
pero la cuerda se tambaleaba tanto, que inminentemente cayó.
Su vídeo apareció segundos
después con ella diciendo: “Aunque nunca tuve nombre, mi identidad me la dio
cuidar al hijo de mi hermana de la calle, quien fue asesinada por un hombre que
vendería a su hijo, pero que al nacer con discapacidad intentó deshacerse de
él. Hoy es ese niño él que en casa me espera y por el cual, ahora necesito el
dinero para construir un hogar”.
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