sábado, 1 de junio de 2024

Contragambito Rey de Carlos Andrés Cardona Molina

El no miraba sus movimientos, ni su juego, a simple vista muy básico, no suscitaba mayor interés, ella participaba en la categoría mixta novatos, él se limitaba entonces, a observar únicamente sus temibles ojos perfectamente oscuros, ella, no ajena a esas abismales miradas, de sus hondos ojos, con asomos de irreverencia y presunción, dejaba también escapar uno que otro vistazo. El torneo terminó asignando primer lugar de la categoría maestros a él y dejando en último escaño de la categoría novatos a ella. Con fría seguridad “la Dama” se acercó a éste “el Rey” le felicitó insinuándole qué, si se dignase instruirla en el complejo juego, ella se comprometía a ser la mejor alumna que hubiese tenido. Sin dudarlo siquiera un segundo, acepta. Pactan encuentro para mañana mismo. Presume (piensa) que la mujer no está interesada para nada en el juego sino en él. Pregunta sí le molestaría la lección en su apartamento. Con fría seguridad ella no ve problema. Al día siguiente, dando inicio a la primera instrucción, ella propone agregarle un asomo de picante al juego, algo que le reste tanta solemnidad o seriedad, nada de aprendizajes, que se trate más bien de un travieso reto. El tipo se emociona y aun siendo un dogmático del juego, accede. ¿Cuál es la idea? Pregunta el Rey. Por cada partida que alguno de los dos pierda, una prenda, responde la decidida Dama. Sin alcanzar a creer lo que está escuchando, él aprueba. Algunas partidas y, después de contar como atuendos de vestir cada uno de los anillos, aretes, accesorios, el sombrero y demás ornamentos, Dama se encuentra a dos prendas de quedar desnuda y antes de jugar la siguiente partida propone aderezar algo más de malicia. ¿y luego que es lo que estás pensando ya? Pregunta el Rey. Doble o nada responde Dama. ¿Qué quieres decir? -Si yo gano usted me da 100 millones de pesos, no tiene que quitarse prenda, no me interesa, pero, si pierdo, obviamente me quito las últimas dos prendas que llevo. Hecho, contesta Rey (pan comido piensa) no se le pasa nunca por la cabeza la idea de perder y en el caso que pase, tiene algún capital considerable reservado en casa. Pero eso no va a pasar, después de ir ganando todas las partidas, está convencido de ello. La Dama ajedrecista, desarrolla magistral y asombrosa demostración de complejidad y categoría. Sin creer lo que está ocurriendo, el Rey se dirige a su caja fuerte y saca algún dinero próximo a la suma y algunos artículos de gran valor, todo lo que hay replica. La Dama recibe la apuesta, se viste -abajo me está esperando mi novio dice halando la puerta para salir, por último, mi estimado Rey, continúa, te cuento un secreto que nadie acá parece conocer: me llamo Nadia Romanov, vengo de una ciudad al norte de Rusia, allá me conocen como Ojos Negros o también Dama Blanca, 3 veces campeona regional de ajedrez.

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